Patrimonio

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LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL BERROCAL

Ermita del Berrocal  se encuentra a unos 300 metros al noreste del convento, con el que se podría decir que forma un todo, teniendo en cuenta que el origen y la historia de esta institución monacal estuvieron íntimamente ligados al cercano santuario.

 

     En lo que se refiere a la ermita, su origen podría fecharse en la primera mitad del siglo XIV, aunque las numerosas modificaciones y reconstrucciones que ha sufrido el edificio a lo largo de su historia hacen difícil precisarlo. Es la única de las ermitas que ha sobrevivido de las tres que tuvo el municipio, gracias, sin duda, a la gran devoción que belvisos y caseños, y otros pueblos de la comarca y del Estado de Belvís, tuvieron a la imagen mariana que en ella se custodia, gracias a un suceso que ocurrió a principios de siglo XVI, concretamente el 15 de junio de 1525, como recientemente se ha documentado y publicado. Ocurrió ese día que cayó sobre la comarca una gran tormenta de granizo que asoló los campos y las cosechas, respetando tan sólo las tierras de Belvís; tal circunstancia fue interpretada como un milagro protagonizado por Nuestra Señora del Berrocal, a la que luego se dedicó por voto una romería el lunes siguiente a domingo de la Santísima Trinidad, celebración que se conoció popularmente como "lunes de la piedra", y que hace unas décadas pasó a celebrarse el mismo domingo de la Trinidad, hasta hoy.

 

     La imagen de la Virgen del Berrocal está situada en el centro de un retablo barroco; es una figura de unos 60 cm. de altura. Aparece de pie con el niño sobre su brazo izquierdo, y muestra la típica curvatura gótica, similar a la de la Virgen Blanca de la Catedral de Toledo (primera mitad del siglo XIV). Hasta hace unos años estuvo policromada.

 

             - Descripción del edificio:

 

     La ermita presenta planta rectangular de 31 por 8 metros, orientada de norte a sur. El acceso se realiza desde el muro occidental a través una puerta de cantería en arco de medio punto, protegida antaño por un portal, y desde los pies por medio de un arco apuntado. Por este lado y separada de la ermita se conservan los restos de una edificación de dos plantas que fue la casa del ermitaño, tarea que estuvo asignada por tradición a un pobre del municipio.

El santuario se divide en dos partes:

 

   -  El ábside: destaca sobre la nave, de la que aparece separada por un arco de medio punto; está cubierto por una cúpula bajo un tejado a cuatro aguas. A él aparece adosado el camarín de la Virgen, obra del siglo XVIII, también cubierto con una pequeña bóveda decorada con toscas pinturas.  La sacristía se encuentra igualmente adosada a la cabecera, y fue reconstruida por los alumnos de albañilería de la Escuela-Taller San Francisco.

 

     - La nave: es una sala espaciosa cubierta por tejado a dos aguas; sobre el extremo sur de su fachada principal destaca una gran espadaña rematada por tres flameros.

 

La obra del conjunto se realizó en mampostería, mientras que las esquinas fueron reforzadas por sillares. Desde el mirador aledaño a la ermita pueden contemplarse unas bellas vistas de la dehesa boyal del municipio y del pantano de Valdecañas.

 

Datación: primera mitad del siglo XVI.

 

Estilo: arquitectura popular con elementos góticos y barrocos.

 

Estado de conservación: bueno, aunque debe cumplirse un plan periódico de trabajos de mantenimiento y restauración.

 

Propiedad: eclesiástica (obispado de Plasencia), aunque es el pueblo el que disfruta de su uso.

Tipo
Iglesia