Ficha de EL CASTILLO-PALACIO.

 

- Descripción general: Hermoso ejemplo de arquitectura militar y palaciega en un solo edificio, de ahí su estructura compleja, en la que pueden observarse elementos arquitectónicos y artísticos de épocas diferentes que informan de los azares de su larga historia. Todo el conjunto está realizado en granito de la zona (piedra parda), principalmente en forma de mampostería concertada, con sillares en esquinas y otros lugares, y algunos, muy pocos, elementos de ladrillo.

                La imponente mole de nuestro castillo, que ocupa un área total de unos 5.500 m2, se alza sobre un escarpado canchal granítico que se precipita al poniente sobre la llanura del Campo Arañuelo, mientras que se extiende en suave descenso hacia el este, donde se asienta la villa de Belvís. Todo el conjunto está rodeado de una barbacana que se adapta al relieve y dificultades del terreno, de manera que se presenta al este en forma de foso con cubos semicilíndricos que dan solidez a la obra, al norte como un muro reforzado por un gran cilindro macizo y un rediente, y al sur y poniente como muralla que realza el perfil del colosal promontorio sobre el que se asienta. Dos entradas permiten franquearlo: una al sureste, que es la original y, por tanto, más antigua, y otra al oeste. Junto a la primera se conserva aún una torre albarrana de sección cilíndrica que refuerza la muralla por el sur, y a sus pies puede apreciarse una cavidad tallada en el granito, que, aunque se ha utilizado como pocilga hasta hace unas décadas, creemos que se trata de la entrada al túnel que excavó "el Bezudo", Señor de Monroy, durante su asedio a la fortaleza a principios de 1456, uno de los episodios más sonoros de la luchas entre las dos ramas de aquella estirpe.

En este conjunto monumental podemos distinguir dos partes bien diferenciadas: por un lado, la fortaleza propiamente dicha, y por otro el palacio.

                                                   1.- La primera podría fecharse entre finales del siglo XIII y la segunda mitad del siglo XV. Se alza sobre la parte más elevada del risco, y es la mejor conservada, debido a su sólida construcción de sillares y mampostería concertada, que responde a la función defensiva para la que fue concebida. Su planta es poligonal, y su alzado imponente, formado por un sólido y grueso recinto reforzado a intervalos por esbeltos cilindros macizos. La entrada se halla al suroeste, bajo un escudo que representa las armas originales de los Monroy, y por ella se accede al primitivo patio de armas, pequeño e irregular.

Flanqueando la entrada original se encuentra una torre almenada de planta triangular, de unos 18 metros de altura, cuya función debió de ser la de proteger dicho acceso. Adosada a ella aparecen las principales dependencias de la fortaleza, cerradas al norte por una impresionante torre del homenaje de planta casi cuadrada, de unos 24 metros de altura, que destaca sobremanera del resto del reciento. En su tramo superior exterior contó con un cadalso de madera en voladizo que confería a dicho elemento mayor capacidad defensiva en sus tres cuartas partes, al que se accedía desde un vano abierto al oeste en forma de arco de medio punto de ladrillo; aún pueden apreciarse dicho acceso, así como los ganchos de piedra que sostenían el voladizo, e incluso restos de las vigas del soporte en los correspondiente mechinales. Esta torre estuvo cubierta con un tejado a cuatro aguas.

En los años ochenta del siglo pasado se instalaron unos accesos metálicos que, aunque muy deteriorados ya por la acción de gamberros, permiten el acceso a la cúspide de esta torre y a otras dependencias y rincones del ala este de la fortaleza, como a su salón de ceremonias, cubierto por una esbelta bóveda de cañón, a su curioso aljibe para la recogida del agua de lluvia, etc. Un paseo detenido por estas dependencias permitirá encontrar multitud de detalles arquitectónicos muy interesantes, y desde sus zonas más elevadas la contemplación del bello paisaje que rodea al monumento y a la villa que le da nombre; desde aquí las puestas de sol resultan espectaculares.

 

                                                   2.- El Palacio fue construido en la segunda mitad del siglo XVI, en el interior del recinto amurallado y adosado a norte de la fortaleza, en un plano inferior, lugar por el que se accede desde aquella por medio de dos vanos, uno superior (el original), y otra inferior. Su entrada principal se encuentra al oeste, protegida por un gran arco de medio punto abovedado del que se conservan sus estribos e impostas. Sin duda, el elemento más representativo y bello de esta edificación de carácter residencial fue su magnífico patio plateresco, de traza casi idéntica al que se conserva en el Monasterio de Yuste, y, tal vez, inspirador de éste. De planta rectangular, presentaba siete columnas en los lados norte y sur y seis en loa lados este y oeste. El alzado estaba compuesto por dos niveles de arcadas, de manera que las columnas inferiores eran de mayor proporción que las superiores, y sus capiteles también presentaban diferencias decorativas. Lo arcos inferiores eran de medio punto, de dovelas molduradas, mientras que los superiores, también moldurados, eran rebajados. Original era la disposición de los escudos que decoraban los arrancas de todos los arcos, tallados en la misma pieza, exactamente iguales a los de Yuste, aunque los de Belvís presentaban las armas del titular de la casa (Monroy) y de las principales familias emparentadas con ella (Zúñiga, Enríquez, Ayala, Herrera…).

Desgraciadamente el tiempo, la necesidad, la desidia y la desconsideración de algunos hicieron desaparecer la mayor y mejor parte de este magnífico ejemplo de nuestra arquitectura renacentista, que estuvo bastante reconocible hasta mediados del siglo pasado, y del que hoy sólo quedan indicios de su extraordinaria belleza (aún se siguen dando casos de expolio de estas ruinas).

 Alrededor del patio se distribuían las dependencias palaciegas, las cuales desaparecieron en su mayor parte junto con el desmoronamiento del patio, aunque todavía pueden apreciarse elementos muy interesantes, tanto funcionales (chimeneas, puertas, ventanas, bóvedas y suelos originales, escaleras, bodegas, etc.), como decorativos; en este sentido son particularmente interesantes sus esgrafiados (dibujos en la cal), sobre todo los que se conservan decorando el arranque de la bóveda norte, compuestos por cabezas de conquistadores flanqueadas por ángeles en figura de indígenas americanos. Mirando al norte se abre un bello balcón que conserva su suelo original de losas de barro y la decoración esgrafiada de sus paredes, desde el que se puede apreciar la mayor parte del hermoso Valle del Tiétar y Sierra de Gredos.

Parte integrante de este magnífico conjunto arquitectónico es también el "JARDÍN DEL PALACIO", que se encuentra a los pies del canchal sobre el que se asienta la fortaleza por su lado sur. Se trata de un conjunto de presas y zona de huerto rodeado de una muralla reforzada con cubos semicilíndricos; en su interior se conservan aún su caseta de aperos y su hermosa alberca, con cuyas aguas se regaban los frutales y hortalizas que cubrían las necesidades de los moradores del castillo. Por sus características constructivas puede datarse en el siglo XV.

 

 

- Datación del Castillo-Palacio: siglos XIII al XVI, con añadidos de consolidación y accesos de la segunda mitad del siglo XX.

 

- Estilo: variados, según las fechas de construcción o ampliación, que van desde el gótico al plateresco.

-Estado de conservación: ruina total, aunque aún puede apreciarse la mayor parte de su estructura, lo que hace imprescindible una actuación de urgencia para mantener lo que queda en pie antes de que sea demasiado tarde.

 

- Propiedad: privada, aunque resulte inverosímil en estas fechas.